By octubre 22, 2012

Erotismo con hache o cómo enamorarse de las faltas de ortografía

Reseña sobre Parafilias ilustradas de en el El País.
¿Cuánto tiempo hace que chateamos por Internet? ¿Quince años, doce, diez? Desde el pionero y aún vigente Messenger del hoy dubitativo Hotmail en adelante venimos estableciendo relaciones en tiempo real, por escrito. Ahora bien, si el correo electrónico aceleró el ritmo de las relaciones epistolares de todos los tiempos, el chat en tiempo real llegó para agregar inmediatez y eliminar bastantes filtros. El primero y más engorroso: la ortografía.
Pero, ¿la mala ortografía molesta o erotiza? Aunque no lo crean, hay unaparafilia asociada a los errores ortográficos. La llaman «anortografofilia».
Desde hace más de una década, buena parte de la Humanidad liga por Internet, se conoce chateando y alcanza límites bastante íntimos, por escrito (¡la de fantasías que somos capaces de componer en letritas!).
A partir de entonces, ciertos ejemplares de ese amplio grupo digital también llegan a decepcionarse por escrito y a despedirse de románticos partenaires antes de la vida real, por una maldita e imperdonable hache de más o de menos, una be endiabladamente cruzada con una uve o por esas zetas por ces (que los latinoamericanos no pronunciamos pero debemos poner en grafía), por no hablar del «lijero» crujir de nuestro corazón (cuando alguien quiso aligerarlo y erró).

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